Navegando en el río de tu cuerpo
contento voy a la deriva, pensando
que no me iría.
Soñé ver mis raices crecer
reproducirme, multiplicar mis células
bañar mis ilusiones en tí.
Navegué cuanto quise
logrando ahogar los brazos de mi amor
en el río de tu cuerpo.
Quizás, en la orilla de tu isla me ahogue.
Tal vez, en el mar de tus piernas desemboque.
Pero ¿Quién te crees que eres?
Estoy lejos, aún recuerdo el infierno de tu cuerpo
la pesadilla de tus besos,
los viáticos de tus lujurias
el preludio tumultuoso en tu pecho.
Juan Nicolás Tineo