Derroche de risa
Entre Vallejo y Neruda baila el poema
El escenario:
un espejo como el pasto al otro lado de los animales
revive a Benedetti.
Como reproche tal Cristo solidario se da a todos
y en su derroche de risa, rehuye la entrega
como si el amor no entrase a la mar
pierde en Sabina la memoria.
La búsqueda del conocimiento, el trabajo y el cambio son constantes, después de esto, todo es pasajero en mi vida.
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Wednesday, August 17, 2011
Thursday, July 21, 2011
Aquí una muestra de atrapado en la noche
Desde la habitación llega un olor a mujer desnuda
yo continúo cabeceando como arena la noche:
La llave que es el verso libre
Despeja el misterio.
Como viento de otoño, en sus colores cibernéticos,
busca unas manos que sobre las sábilas describan
el vuelo de las piedras
el canto del triste en el vino
Y que desde “la luna reposada en su lengua”
persiga la forma de la vida,
aún cuando “el verso nervioso”
huye por un lago tranquilo
interrogando aquel “cisne blanco”
yo continúo cabeceando como arena la noche:
La llave que es el verso libre
Despeja el misterio.
Como viento de otoño, en sus colores cibernéticos,
busca unas manos que sobre las sábilas describan
el vuelo de las piedras
el canto del triste en el vino
Y que desde “la luna reposada en su lengua”
persiga la forma de la vida,
aún cuando “el verso nervioso”
huye por un lago tranquilo
interrogando aquel “cisne blanco”
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poesía
Monday, March 29, 2010
El pensador
El pensador reflexiona humo gris del aburrido incienso
gime desde la alta mudez
la catarata tenue extiende brazos verdes
la belluga frota a oscuras el ombligo verde de Un país colocado en el mismo trayecto del sol.
gime desde la alta mudez
la catarata tenue extiende brazos verdes
la belluga frota a oscuras el ombligo verde de Un país colocado en el mismo trayecto del sol.
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poesía
Sunday, May 06, 2007
"Versos en cutiverio" poema IX
Navegando en el río de tu cuerpo
contento voy a la deriva, pensando
que no me iría.
Soñé ver mis raices crecer
reproducirme, multiplicar mis células
bañar mis ilusiones en tí.
Navegué cuanto quise
logrando ahogar los brazos de mi amor
en el río de tu cuerpo.
Quizás, en la orilla de tu isla me ahogue.
Tal vez, en el mar de tus piernas desemboque.
Pero ¿Quién te crees que eres?
Estoy lejos, aún recuerdo el infierno de tu cuerpo
la pesadilla de tus besos,
los viáticos de tus lujurias
el preludio tumultuoso en tu pecho.
Juan Nicolás Tineo
contento voy a la deriva, pensando
que no me iría.
Soñé ver mis raices crecer
reproducirme, multiplicar mis células
bañar mis ilusiones en tí.
Navegué cuanto quise
logrando ahogar los brazos de mi amor
en el río de tu cuerpo.
Quizás, en la orilla de tu isla me ahogue.
Tal vez, en el mar de tus piernas desemboque.
Pero ¿Quién te crees que eres?
Estoy lejos, aún recuerdo el infierno de tu cuerpo
la pesadilla de tus besos,
los viáticos de tus lujurias
el preludio tumultuoso en tu pecho.
Juan Nicolás Tineo
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Sunday, December 17, 2006
A la luna
Se considera que hay imágenes que los poetas han usado hasta el
cansancio, como por ejemplo la luna. Esta muestra, es otra forma
de usarla sin que fastidie.
Te han dañado luna,
el trazo de un diámetro
el cuarto de arriba
se ha llevado.
Corro en tu ayuda,
un triángulo construyo
sobre tus bases interiores.
Fallan tus hercúleos puntos
se abre la circunferencia;
la perfección se pierde
y como excremento
me expulsas de tu centro.
Intento piruetas nuevas,
lanzo un radio nuevo
que resulta ser insuficiente
para componerte.
Desesperado, ordené
silencio a los vientos,
detuve el movimiento
de rotación de la tierra,
pués la noche es larga
y no puedo permitir
que desaparezcas.
Pese a mis intentos
te alejas.
Te faltan espectadores.
Las miradas que alimentaban
las palabas que te abonaban no existen
¿Será que ya no hay enamorados?
¿O será que los poetas
de tanto usarte te han gastado?
Extrañas a los enamorados,
te hacen falta los desenfrenados
versos bellos de los poetas.
Mientras me acerco
un cuadrilátero moderno,
un prisma de la nueva humanidad
una barra de palabras, de muchos kitates,
diamantes africanos
también traigo.
Aún así te sigues alejando,
pero te seguiré a donde te sepultes.
Te alejas apenada
alegre te sigo;
represento a los sensibles,
que viven en la tierra
y habitan en otro planeta
vengo adespertar tu vientre,
aunque esta noche estes deforme.
Luna, soy un habitante más
del mundo de los sueños
dueño de la palabra.
Me confieso poeta
y me he paso esta noche
pisando techos,
preñándote, para que si el mundo desapariciera
tú estés ahí
como bandera de los insomnes.
Vengo en condición de delegado
a enflorecerte con composiciones nuevas.
Tú no estás ajada
luna lonjeba.
Juan Nicolás Tineo
cansancio, como por ejemplo la luna. Esta muestra, es otra forma
de usarla sin que fastidie.
Te han dañado luna,
el trazo de un diámetro
el cuarto de arriba
se ha llevado.
Corro en tu ayuda,
un triángulo construyo
sobre tus bases interiores.
Fallan tus hercúleos puntos
se abre la circunferencia;
la perfección se pierde
y como excremento
me expulsas de tu centro.
Intento piruetas nuevas,
lanzo un radio nuevo
que resulta ser insuficiente
para componerte.
Desesperado, ordené
silencio a los vientos,
detuve el movimiento
de rotación de la tierra,
pués la noche es larga
y no puedo permitir
que desaparezcas.
Pese a mis intentos
te alejas.
Te faltan espectadores.
Las miradas que alimentaban
las palabas que te abonaban no existen
¿Será que ya no hay enamorados?
¿O será que los poetas
de tanto usarte te han gastado?
Extrañas a los enamorados,
te hacen falta los desenfrenados
versos bellos de los poetas.
Mientras me acerco
un cuadrilátero moderno,
un prisma de la nueva humanidad
una barra de palabras, de muchos kitates,
diamantes africanos
también traigo.
Aún así te sigues alejando,
pero te seguiré a donde te sepultes.
Te alejas apenada
alegre te sigo;
represento a los sensibles,
que viven en la tierra
y habitan en otro planeta
vengo adespertar tu vientre,
aunque esta noche estes deforme.
Luna, soy un habitante más
del mundo de los sueños
dueño de la palabra.
Me confieso poeta
y me he paso esta noche
pisando techos,
preñándote, para que si el mundo desapariciera
tú estés ahí
como bandera de los insomnes.
Vengo en condición de delegado
a enflorecerte con composiciones nuevas.
Tú no estás ajada
luna lonjeba.
Juan Nicolás Tineo
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Saturday, December 09, 2006
Infamia
Al celebrarse el 11 de septiembre, encienden unas luces para recordar el ataque.
Respondiendo a esta crueldad escribo:
Hágase la luz dijo el hombre
y se hizo del ocio.
La infame,
amparada en las alturas
traspasa el cielo,
rompiendo la obscuridad del silencio,
señalizando la tumba,
hastío del imperio.
Danza en la tarima
del dolor de cientos
y lágrimas de miles.
La infame,
por días, siempre simbolizará
una mentira en el vacío.
¿Ya se va?
ojalá no vuelva,
nada alivia
sólo nos trae el retroceso icónico.
Su existencia
es la representación de la opresión,
la agresión que hemos propagado.
¿Ya se va?
!Ojalá se vaya
y no vuelva nunca más!
Respondiendo a esta crueldad escribo:
Hágase la luz dijo el hombre
y se hizo del ocio.
La infame,
amparada en las alturas
traspasa el cielo,
rompiendo la obscuridad del silencio,
señalizando la tumba,
hastío del imperio.
Danza en la tarima
del dolor de cientos
y lágrimas de miles.
La infame,
por días, siempre simbolizará
una mentira en el vacío.
¿Ya se va?
ojalá no vuelva,
nada alivia
sólo nos trae el retroceso icónico.
Su existencia
es la representación de la opresión,
la agresión que hemos propagado.
¿Ya se va?
!Ojalá se vaya
y no vuelva nunca más!
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Thursday, November 30, 2006
Chal
Cuando llueve en la ciudad de Nueva York,
es muy difícil transitar por una importante autopista (F D R)porque
se inunda. En tiempo de guerra escribí este peoma.
Chal, Chal
Chal de azúcar
de oja otoñal.
Chal de sol,
de la molestia
producida a la madre
del soldado caido.
Chal del aumento
al pasaje de la MTA.
Chal de nieve
de injusticia
de mentira
de limpieza de sangre,
de cadáveres iraquies.
Chal de dólares.
Chal extenso;
sin pesadumbres
ayúdame a pasar el FDR
después del torrencial.
Nota: MTA es la compañía encargada de los trenes en la ciudad.
es muy difícil transitar por una importante autopista (F D R)porque
se inunda. En tiempo de guerra escribí este peoma.
Chal, Chal
Chal de azúcar
de oja otoñal.
Chal de sol,
de la molestia
producida a la madre
del soldado caido.
Chal del aumento
al pasaje de la MTA.
Chal de nieve
de injusticia
de mentira
de limpieza de sangre,
de cadáveres iraquies.
Chal de dólares.
Chal extenso;
sin pesadumbres
ayúdame a pasar el FDR
después del torrencial.
Nota: MTA es la compañía encargada de los trenes en la ciudad.
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Saturday, November 18, 2006
Errante
Desdibujar el tren que no pasa
Mientras, disfruto ver saltar las ratas por los rieles.
Olvidar que me dieron un ticket
Saber que el canal del tiempo anunció una tormenta para mañana.
Estar pediente que a final de mes hay que pagar la renta
las credit cards
el celular
el student loan.
Comprar las tarjetas de llamadas prepagadas,
asegurarme que mi familia no me olvide en la República.
Llegar a casa, sentir que no quiero hablarle a nadie
Necesitar más espacio
Saber que no quepo con nadie,
Ni conmigo.
Seguir la rutina diaria es el aporte,
la huella más profunda de mi existencia
en esta tierra,
tierra ajena.
Juan N. Tineo
Mientras, disfruto ver saltar las ratas por los rieles.
Olvidar que me dieron un ticket
Saber que el canal del tiempo anunció una tormenta para mañana.
Estar pediente que a final de mes hay que pagar la renta
las credit cards
el celular
el student loan.
Comprar las tarjetas de llamadas prepagadas,
asegurarme que mi familia no me olvide en la República.
Llegar a casa, sentir que no quiero hablarle a nadie
Necesitar más espacio
Saber que no quepo con nadie,
Ni conmigo.
Seguir la rutina diaria es el aporte,
la huella más profunda de mi existencia
en esta tierra,
tierra ajena.
Juan N. Tineo
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Tuesday, November 07, 2006
Párrafo/ ensayo
Sangría… coma…
punto y coma…
dos puntos
me expreso…
punto y aparte.
Dos espacios
letra mayúscula
oración simple
artículo, nombre y verbo
punto y seguido
oración compuesta
sujeto y predicado.
Grafías
sonoridades
letras muertas.
Dos puntos
la "H" se representa
no se pronuncia
punto y aparte.
La "CH" se llama che.
Formalidades
complementos
que no dicen nada
punto y aparte.
Letra mayúscula
otra idea…
sigo las reglas gramaticales
¿De qué lengua?
¿De qué escritura?
Medias panties
No está en el Diccionario de la Real Academia
¿Cómo lo digo?
No quiero parecer vulgar
punto final.
Juan N. Tineo
punto y coma…
dos puntos
me expreso…
punto y aparte.
Dos espacios
letra mayúscula
oración simple
artículo, nombre y verbo
punto y seguido
oración compuesta
sujeto y predicado.
Grafías
sonoridades
letras muertas.
Dos puntos
la "H" se representa
no se pronuncia
punto y aparte.
La "CH" se llama che.
Formalidades
complementos
que no dicen nada
punto y aparte.
Letra mayúscula
otra idea…
sigo las reglas gramaticales
¿De qué lengua?
¿De qué escritura?
Medias panties
No está en el Diccionario de la Real Academia
¿Cómo lo digo?
No quiero parecer vulgar
punto final.
Juan N. Tineo
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Sunday, October 15, 2006
Inmigrante del mundo
El que no emigra
no se humilla
tampoco sufre el dolor
que causa dejar su tierra,
pero mucho menos
engrandece con su esfuerzo otro suelo.
Inmigrante, dichoso tú y yo
que hoy lo contamos
reflexionemos,
honremos aquellos
que perecieron en el intento
y se llevaron sus sueños.
Incierto es, fue y será
tu futuro inmigrante
y de premio nos dan un muro
para contrarestar el terrorismo
-Poeta ¿De qué hablas?
No somos terroristas
hemos fundado, desarrollado
y ayudado a construir otras y esta
nación que nos ampara.
Somos exiliados económico
no nos confundan con terroristas.
Reflexionemos sin desmayar
“El camino es largo y hay que luchar”
Inmigrante del mundo.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
10/14/06 NY.
no se humilla
tampoco sufre el dolor
que causa dejar su tierra,
pero mucho menos
engrandece con su esfuerzo otro suelo.
Inmigrante, dichoso tú y yo
que hoy lo contamos
reflexionemos,
honremos aquellos
que perecieron en el intento
y se llevaron sus sueños.
Incierto es, fue y será
tu futuro inmigrante
y de premio nos dan un muro
para contrarestar el terrorismo
-Poeta ¿De qué hablas?
No somos terroristas
hemos fundado, desarrollado
y ayudado a construir otras y esta
nación que nos ampara.
Somos exiliados económico
no nos confundan con terroristas.
Reflexionemos sin desmayar
“El camino es largo y hay que luchar”
Inmigrante del mundo.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
10/14/06 NY.
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Tuesday, October 10, 2006
Prórroga
Prórroga pido al día
a la navidad
que nuevamente ya vendrá.
Prórroga pido a la rutina
al Año Nuevo
que aquí otra vez está.
Prórroga pido al afán
al trabajo
a la agonía diaria.
Prórroga pido
-y sé que no obtendré- al día
porque no hay ser humano
que haya podido escapar
al umbral de la muerte.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
NY
a la navidad
que nuevamente ya vendrá.
Prórroga pido a la rutina
al Año Nuevo
que aquí otra vez está.
Prórroga pido al afán
al trabajo
a la agonía diaria.
Prórroga pido
-y sé que no obtendré- al día
porque no hay ser humano
que haya podido escapar
al umbral de la muerte.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
NY
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Tuesday, October 03, 2006
Pregunta a Neruda
Poeta, dime
¿Qué hago?
Camino cabizbajo
hasta el final de una esquina
e involuntariamente
cabiz al cielo
la cara se me inclina.
Dime poeta
¿Qué hago?
salgo de la casa un día nublado
y prefiero el día soleado.
Dime poeta
¿Qué hago?
Tú que como yo
has soñado, anhelado
sufrido, llorado
por ti, por los pobres
por los árboles y vegetales
por las especies marítimas y los animales
por la vida después de la muerte
por los desdichados en combate
por el amor, la paz, la felicidad
por la justicia.
¿Qué hago?
¿Qué hago poeta?
si aveces prefiero sacrificarme
y hacer nada
y cuando nada hago
seguir haciendo mi diario quiero.
Poeta. ¿Qué hago?
Anhelo la belleza que no tengo
y cuando la tengo
anhelo la ajena.
Si cuando estoy en unos brazos esbeltos
los débiles quiero
y cuando estoy en la cama
salirme quiero.
¿Qué hago?
Qué hago poeta?
Tú que aveces
como yo te has preguntado
¿Qué hago?
¿Qué hago con esta vida tan rara que llevo?
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
Escrito en NY. 11/23/2003
¿Qué hago?
Camino cabizbajo
hasta el final de una esquina
e involuntariamente
cabiz al cielo
la cara se me inclina.
Dime poeta
¿Qué hago?
salgo de la casa un día nublado
y prefiero el día soleado.
Dime poeta
¿Qué hago?
Tú que como yo
has soñado, anhelado
sufrido, llorado
por ti, por los pobres
por los árboles y vegetales
por las especies marítimas y los animales
por la vida después de la muerte
por los desdichados en combate
por el amor, la paz, la felicidad
por la justicia.
¿Qué hago?
¿Qué hago poeta?
si aveces prefiero sacrificarme
y hacer nada
y cuando nada hago
seguir haciendo mi diario quiero.
Poeta. ¿Qué hago?
Anhelo la belleza que no tengo
y cuando la tengo
anhelo la ajena.
Si cuando estoy en unos brazos esbeltos
los débiles quiero
y cuando estoy en la cama
salirme quiero.
¿Qué hago?
Qué hago poeta?
Tú que aveces
como yo te has preguntado
¿Qué hago?
¿Qué hago con esta vida tan rara que llevo?
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
Escrito en NY. 11/23/2003
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Monday, October 02, 2006
Idilio
Recostada entre el brazo y el antebrazo, en ese espacio que se forma estaba ella, viajando por nubes imaginarias. Hay mujeres que están hechas para estar de pie, otras para estar acostadas, ésta tiene las dos cualidades.
Cuando está parada humilla a cualquier mujer, y acostada, así como está ahora parece un milagro, un espejísmo, un idilio, un tormento que despierta deseos tan extraño, como el que ahora tengo.
Cuando está parada humilla a cualquier mujer, y acostada, así como está ahora parece un milagro, un espejísmo, un idilio, un tormento que despierta deseos tan extraño, como el que ahora tengo.
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Sunday, September 24, 2006
Preocupación
Este cuento fue publicado en "Puente" boletín informativo del Comisionado de Cultura en los Estados Unidos. Secretaría de Estado de Cultura. Año 2 No. 5 Agosto - Octubre 2006.
Pg. 7, Puente literario.
Preocupación
No puedo creerlo, que yo me expusiera a tan alto nivel de riesgo. Como un idiota, una curiosidad intelectual me empujó ir al lugar que concurro siempre. No debí acudir, pero fui, tenía que ir.
Un extraño estaba presentando sus libros por primera vez en New York, tres libros publicados de un golpe, fue interesante. Esta noche en particular en la audiencia no había amigos, ni una cara conocida. Sentí que ésta, había sido mi primera vez ahí, aunque cada jueves concurra allá y hable con la misma gente sobre los mismos temas, mientras disfrutamos de una, dos… copas de vino, sin copa, un vino delicioso entre amigos.
Después de mis aplausos tocó el turno al siguiente orador, ‘El profesor’ como se hacía llamar el tipo, un señor cara seria, de unos cinco pies de altura, amplia frente, de mirada hermética, fija, que como espina sientes penetrar por la piel. Como medio de intimidación, pidió que repitiéramos una oración que con defectos de ortografía proyectaba sobre la pared, y con la excusa de que era para que la energía bajara, prosiguieron a embocarla. Y sí, es cierto, tremendo calor se sintió inmediatamente.
Enfocándose en dos palabras: ‘New York’, siguió proyectando unas imágenes que había fotocopiado de un libro. Les designó unos números que luego sumó, el resultado igual a 666. Le buscó otras relaciones numerológicas que me dejaron convencido de que esa noche no debí estar ahí, debí salirme, unirme a la tertulia que a la calle habían mudado los escépticos intelectuales, pero no, ahí estaba yo, incrédulo también de su teoría de exterminio.
Otro Tsunami de mayor escala, había dicho ‘El profesor’.
¿Dónde? ¿Cuándo?, sin esperar turno, interrumpió diciendo uno de los oyentes.
Yo, no estaré por ahí, replicó El tipo. Y continuó diciendo (mientras muestra con el proyector una ciudad antigua, destrozada y con dos torres altas e idénticas desplomándose): “Eso está ya dicho en las escrituras hebreas. Los científicos lo saben. El domingo, pasaron un reportaje en el History Channel. Los ricos han comprado casas en las afueras de la ciudad, están almacenando armas y comida. En New York está el epicentro. Y alrededor del Aeropuerto La Guardia, todo eso se irá”. Caramba, dije sobre mi dicha, tampoco aquí me salvaría.
El público se transformó en un hormiguero de rumores.
Otro oyente molesto replica: “¿Pero qué se puede hacer?”
El tipo, con los ojos como emblanquecidos por un baño de cloro, clavó su mirada sobre la audiencia y dirigido por movimientos mecánicos, no dijo nada y, suavemente siguió moviendo la cabeza, satisfecho, como afirmando lo que acababa de decir.
No puedo creerlo, que yo aun siga ahí, expuesto a tal preocupación. Aunque había abandonado el asiento delantero y en él había dejado mis preocupaciones aparentes, caminaba impaciente (esperaba y dijera la fecha).
¿Y usted se queda tan tranquilo, eh?, sabiendo que es el 31 de julio, vociferó muy preocupado el oyente.
Mientras tanto, seguían las interpretaciones numerológicas. Sacó un mapa y señalando hacia las islas del Caribe, “presten atención”, dijo. Luego, lo cambió y mostró sobre el mismo proyector otro mapa sin las islas del Caribe, sin mi país.
El tormento que produjo esa imagen..., pero... para qué preocuparse. Es un tipo que habla y aunque su teoría parece muy seria, la actitud de su cara evoca duda. Además, era una imagen que sólo había borrado mi procedencia.
Ya no tendría patria. No podría decir nunca más, con orgullo, de donde vengo, donde está el solar que cuando niños convertimos en play para jugar pelota. Tampoco, podría decir donde están los cinco kilómetros de calles que por doce años, diariamente tuve que caminar, ida y vuelta para ir al colegio Enriquillo. Pero mucho menos donde quedaba el río: las comilonas. Ni tampoco, donde me robé la primera naranja.
No puedo creerlo que me haya expuesto a esto. En esa fecha estaré en República dominicana, había dicho inocentemente, dejando entre ver una posibilidad de sobrevivir, pero un cruel amigo se encargó de recordarme el hecho y satíricamente me dijo: “ese día vete a la montaña más alta”. Lo sabía, no debí asistir, pero ahí estaba.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
Queens, NY.
Pg. 7, Puente literario.
Preocupación
No puedo creerlo, que yo me expusiera a tan alto nivel de riesgo. Como un idiota, una curiosidad intelectual me empujó ir al lugar que concurro siempre. No debí acudir, pero fui, tenía que ir.
Un extraño estaba presentando sus libros por primera vez en New York, tres libros publicados de un golpe, fue interesante. Esta noche en particular en la audiencia no había amigos, ni una cara conocida. Sentí que ésta, había sido mi primera vez ahí, aunque cada jueves concurra allá y hable con la misma gente sobre los mismos temas, mientras disfrutamos de una, dos… copas de vino, sin copa, un vino delicioso entre amigos.
Después de mis aplausos tocó el turno al siguiente orador, ‘El profesor’ como se hacía llamar el tipo, un señor cara seria, de unos cinco pies de altura, amplia frente, de mirada hermética, fija, que como espina sientes penetrar por la piel. Como medio de intimidación, pidió que repitiéramos una oración que con defectos de ortografía proyectaba sobre la pared, y con la excusa de que era para que la energía bajara, prosiguieron a embocarla. Y sí, es cierto, tremendo calor se sintió inmediatamente.
Enfocándose en dos palabras: ‘New York’, siguió proyectando unas imágenes que había fotocopiado de un libro. Les designó unos números que luego sumó, el resultado igual a 666. Le buscó otras relaciones numerológicas que me dejaron convencido de que esa noche no debí estar ahí, debí salirme, unirme a la tertulia que a la calle habían mudado los escépticos intelectuales, pero no, ahí estaba yo, incrédulo también de su teoría de exterminio.
Otro Tsunami de mayor escala, había dicho ‘El profesor’.
¿Dónde? ¿Cuándo?, sin esperar turno, interrumpió diciendo uno de los oyentes.
Yo, no estaré por ahí, replicó El tipo. Y continuó diciendo (mientras muestra con el proyector una ciudad antigua, destrozada y con dos torres altas e idénticas desplomándose): “Eso está ya dicho en las escrituras hebreas. Los científicos lo saben. El domingo, pasaron un reportaje en el History Channel. Los ricos han comprado casas en las afueras de la ciudad, están almacenando armas y comida. En New York está el epicentro. Y alrededor del Aeropuerto La Guardia, todo eso se irá”. Caramba, dije sobre mi dicha, tampoco aquí me salvaría.
El público se transformó en un hormiguero de rumores.
Otro oyente molesto replica: “¿Pero qué se puede hacer?”
El tipo, con los ojos como emblanquecidos por un baño de cloro, clavó su mirada sobre la audiencia y dirigido por movimientos mecánicos, no dijo nada y, suavemente siguió moviendo la cabeza, satisfecho, como afirmando lo que acababa de decir.
No puedo creerlo, que yo aun siga ahí, expuesto a tal preocupación. Aunque había abandonado el asiento delantero y en él había dejado mis preocupaciones aparentes, caminaba impaciente (esperaba y dijera la fecha).
¿Y usted se queda tan tranquilo, eh?, sabiendo que es el 31 de julio, vociferó muy preocupado el oyente.
Mientras tanto, seguían las interpretaciones numerológicas. Sacó un mapa y señalando hacia las islas del Caribe, “presten atención”, dijo. Luego, lo cambió y mostró sobre el mismo proyector otro mapa sin las islas del Caribe, sin mi país.
El tormento que produjo esa imagen..., pero... para qué preocuparse. Es un tipo que habla y aunque su teoría parece muy seria, la actitud de su cara evoca duda. Además, era una imagen que sólo había borrado mi procedencia.
Ya no tendría patria. No podría decir nunca más, con orgullo, de donde vengo, donde está el solar que cuando niños convertimos en play para jugar pelota. Tampoco, podría decir donde están los cinco kilómetros de calles que por doce años, diariamente tuve que caminar, ida y vuelta para ir al colegio Enriquillo. Pero mucho menos donde quedaba el río: las comilonas. Ni tampoco, donde me robé la primera naranja.
No puedo creerlo que me haya expuesto a esto. En esa fecha estaré en República dominicana, había dicho inocentemente, dejando entre ver una posibilidad de sobrevivir, pero un cruel amigo se encargó de recordarme el hecho y satíricamente me dijo: “ese día vete a la montaña más alta”. Lo sabía, no debí asistir, pero ahí estaba.
Juan Nicolás Tineo Rodríguez
Queens, NY.
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